Para implementar una nueva visión educativa será necesario someter a revisión crítica la práctica
docente actual, el rol formador de la familia como núcleo fundamental de la
sociedad, la formación docente de los futuros pedagogos y la visión de país
sobre las nuevas políticas educacionales, descentralizando las estructuras de
gobierno para dar mayor poder a las escuelas, combatiendo la desigualdad que
actualmente existe. Para tomar conciencia del papel
que deberíamos jugar en la escuela del futuro, tenemos que hacer revisión , además,
de nuestros propósitos, programaciones, planificaciones, revisar el currículo y plantearnos el sentido
más profundo que debe tener nuestra labor como educadores al servicio del ser
humano, la sostenibilidad del planeta y el trabajar por un mundo más justo,
pacífico y de equidad para todos. Por otra parte, la familia deberá
cumplir un rol fundamental en el desarrollo emocional- afectivo de los niños,
colaborando con su integración sana y activa en la sociedad.
En conclusión, la construcción de
redes de apoyo para implementar la educación del futuro depende
de un proceso articulado y mancomunado que involucra un cambio de visión de todos los estamentos
sociales y políticos con el fin de humanizar la
educación.